El 25 de mayo de 2025, una deflagración de gas causada por una fuga en una cocineta mal instalada en Riobamba, Chimborazo, dejó una persona fallecida, dos heridos, siete casas dañadas y 21 personas desplazadas. La explosión ocurrió en una vivienda de la avenida Unidad Nacional, alterando la tranquilidad de la ciudad y generando una onda expansiva que alcanzó desde la calle Olmedo hasta la Daniel León Borja.
Según el informe del Cuerpo de Bomberos, la acumulación de gas licuado de petróleo (GLP) se mezcló con oxígeno y detonó al contacto con una chispa, causando el colapso de una vivienda y daños estructurales en otras seis. El saldo fue trágico: Enrique Linares Rafael, de 65 años, falleció de un paro cardíaco en la UCI del hospital el 28 de mayo, tras luchar por su vida desde la explosión. Su hijo, Enrique Linares Jr., permanece internado con quemaduras y contusiones.
Guillermo Guevara, uno de los principales afectados, expresó su frustración por la respuesta de las autoridades. A pesar de las promesas iniciales del Municipio y la Gobernación, los afectados no fueron incluidos en la mesa de evaluación del Comité de Operaciones de Emergencia (COE). Guevara agradeció al alcalde por proporcionar albergue a 21 personas, incluyendo nueve niños, pero criticó la ineficiencia del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) y el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (MIDUVI). "Necesitamos limpiar el terreno para que nos ayuden a reconstruir", afirmó.
María Elena Barrionuevo, inquilina con 15 años en la zona, relató el terror de la explosión: "Estaba durmiendo y sentí un estruendo. La parte trasera de mi departamento colapsó, los vidrios se rompieron. Pensé que mis vecinas habían muerto". Seis mujeres perdieron sus pertenencias y no pueden acceder a sus viviendas debido a cables eléctricos y tuberías dañadas bajo los escombros. Barrionuevo pidió ayuda urgente al MIES para bonos y al MIDUVI para reconstrucción, ya que viven al aire libre sin ropa ni documentos.
El Municipio de Riobamba ha proporcionado albergue, alimentos y asistencia técnica, pero los afectados rechazan la responsabilidad de limpiar los escombros, argumentando riesgos de colapso y falta de recursos. El MIDUVI ha ofrecido apoyo para construir viviendas pequeñas una vez que los terrenos estén limpios, pero no dispone de fondos para propietarios.
La tragedia ha intensificado las críticas sobre la seguridad en el manejo de cilindros de gas. Los afectados, asesorados por el abogado José Luis Díaz, planean un estudio independiente para esclarecer las causas y exigir responsabilidades. "Una fuga tan pequeña no explica este desastre. Hay dudas que no resuelve el informe de Bomberos", afirmó Guevara.
Mientras tanto, las familias enfrentan la incertidumbre sin servicios básicos y con promesas incumplidas, apelando a la prensa para visibilizar su situación. La explosión en Riobamba, más allá de los daños materiales, refleja el drama humano de quienes lo han perdido todo y luchan por recuperar la normalidad.