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Noboa no se anda con rodeos y va por una Asamblea Constituyente. ¿Qué significa esto para ti?

Agárrate, que se viene drama político del bueno. Cuando pensábamos que las cosas se estaban calmando un poco, el presidente Daniel Noboa sacó un as bajo la manga y dijo: "¿Saben qué? Necesitamos una Asamblea Constituyente". ¡Así como lo lees!


Para que caches el chisme completo: cambiar la Constitución de un país no es como cambiar la foto de perfil. En Ecuador hay tres formas de hacerlo, y Noboa eligió la más extrema, la más intensa, la que básicamente significa empezar a escribir las reglas del juego desde cero. Es como si en lugar de remodelar tu cuarto, decidieras tumbar toda la casa y construir una nueva. ¡Así de heavy!

La idea no es tan nueva, la verdad. Ya en campaña había soltado la indirecta de que quería "refundar" el país porque "necesita un cambio". Pero ahora es oficial, la intención está sobre la mesa.

Pero, friend, esto no es como pedir un delivery... Es un camino LARGO y complicado.

Si pensabas que esto pasaría mañana, ¡para nada! Este proceso es más largo que la final de un campeonato con penales. Prepárate para ir a las urnas... ¡TRES VECES!

  1. Primero, el filtro de los duros: Noboa no puede simplemente decir "¡Quiero Constituyente!" y ya. Primero tiene que pedirle permiso a la Corte Constitucional. Ellos son como los papás estrictos que revisan si la petición tiene sentido, si es legal y si la pregunta que nos harían no tiene trampa. Este round podría durar hasta dos meses.

  2. Si le dan luz verde, ¡a votar se ha dicho! (Primera vez): Si la Corte dice "ok, va", nos llamarían a una consulta popular para preguntarnos a todos: "¿Están de acuerdo con empezar este reseteo?". Este proceso, entre que lo convocan y votamos, se toma unos dos meses y medio más.

  3. El casting de los escritores y más votaciones: Si gana el "Sí", ¡boom!, otra vez a elecciones para elegir a los "asambleístas constituyentes", o sea, la gente que va a redactar la nueva Constitución. Ellos se tomarán su tiempo (la última vez en 2007 se demoraron casi 8 meses). Y cuando terminen su obra maestra... Adivina qué: ¡A VOTAR OTRA VEZ! (Tercera vez) para decir si nos gusta o no el resultado final.

En resumen: entre permisos, campañas y votaciones, este plan podría tardar desde ocho meses hasta más de un año. Así que, la gran pregunta que queda en el aire es... ¿qué es lo que Noboa quiere cambiar tan urgentemente? El misterio apenas comienza.

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