Este año, alrededor de 180 000 ciudadanos abandonaron Ecuador ante la falta de empleo y el incremento de inseguridad.
RÃos torrentosos, pendientes mortales, piedras filudas y el peligro de agotarse y no poder seguir adelante son apenas una parte de los obstáculos que aparecen en el camino de los migrantes ecuatorianos que fueron obligados a salir del paÃs.
Ciudadanos que por falta de empleo, inseguridad y amenazas a su integridad, guardaron sus prendas más preciadas en una mochila, y partieron de Ecuador.
“Si se arriesgan a venir (a Estados Unidos), tengan el suficiente dinero para que puedan gastar lo que más puedan y no tengan ningún riesgo”, señala una joven de 20 años, a quien llamaremos Gabriela, para proteger su identidad. Ella fue retenida en la frontera de México por un grupo criminal, antes de llegar a Estados Unidos.
Los migrantes corren cada vez mayores riesgos. La asambleÃsta del exterior Esther Cuesta, de la RC5, menciona que, este nuevo movimiento migratorio según estudios de Unicef, es peor que el del feriado bancario porque las condiciones para migrar ahora son más peligrosas.
“Hoy la gente no solo intenta cruzar la frontera de Estados Unidos. En los últimos tres años, al menos 250 000 ecuatorianos han intentado cruzar esa frontera peligrosa y ahora tenemos que cruzar la Selva del Darién”.
Según datos de Ministerio del Interior, de enero a octubre 2023, 117 000 ecuatorianos salieron del paÃs. Ecuatorianos que arriesgaron su vida viajando en los techos de trenes denominados La Bestia. O subiéndose y bajándose de estos trenes en movimiento, para no ser atrapados por los controles migratorios.
“La gente prefiere arriesgar su vida que quedarse en el Ecuador, un paÃs donde no hay seguridad ni salud o educación, y no hay las condiciones de una vida digna”, agregó la legisladora.
Las historias reales Gabriela recomienda a las personas que piense dos veces si quieren migrar a Estados Unidos, ya que la situación está complicada. “Más que todo para los niños. La selva es un paso muy grande para niños pequeños. Si para nosotros los adultos es muy complicado, más para los niños pequeños”, señala.
Ella gastó en su viaje alrededor de USD 8 mil y se demoró, con su pareja, un mes. “Nosotros partimos en julio y estuvimos saliendo de migración de Estados Unidos en agosto”.
También Gabriela señala que hoy en las ciudades de Nueva York y Connecticut, donde ha vivido, es difÃcil conseguir empleo. “La situación está grave. Ya no hay albergues ni trabajo para algunas personas, otras duermen en la calle, piden dinero. No es lo mismo que nos contaban, las cosas son muy distintas acá”.
Fuente radiopichincha.com