La ciudad se puso seria y no es broma. En una operación que parece sacada de una película de espías, el Ejército Ecuatoriano, con su Brigada de Caballería Blindada, salió a las calles para retirar 23 cámaras de videovigilancia que, ¡oh sorpresa!, estaban instaladas sin el permiso legal del ECU911.
La movida no fue solitaria. Los militares trabajaron en equipo con la Gobernación de Chimborazo, el ECU911 y la Policía Nacional. ¿El objetivo? Más que solo quitar aparatos, la idea es mandar un mensaje claro a toda la gente: si quieren instalar cámaras, tienen que hacerlo de manera legal y con los permisos en regla para evitar usos indebidos. O sea, nada de poner cámaras para hacer chismografía o cosas raras.
El Ejército aprovechó para lanzar una advertencia y, de paso, pedir una mano a la ciudadanía. Si ven cámaras sospechosas o que no les cuadran en su barrio, ¡tienen que denunciarlas! Así que ya saben, si tienen una cámara, revisen que todo esté en orden. Y si ven una que les da mala espina, no se queden callados.