¿Se acuerdan cuando les contamos que la cosa entre Venezuela y Estados Unidos estaba subiendo de tono? Pues agárrense porque esto se puso más spicy que nunca. Resulta que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, lanzó una movilización masiva que tiene a todo el mundo con la boca abierta, y todo por un pleito que parece sacado de una serie de espías.
El chisme empezó con un movimiento de Estados Unidos que, honestamente, nadie vio venir. La Casa Blanca subió la recompensa por cualquier información que lleve a la captura de Maduro a 50 millones de dólares, ¡sí, CINCUENTA MILLONES! Y como si eso fuera poco, desplegaron una mega operación antinarcóticos en el Caribe con barcos de guerra, submarinos y un montón de militares. Imaginen la escena: tres destructores de misiles (USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson) que suenan a nombres de robots de película, ¡cerca de las costas venezolanas! Y para que se den una idea de lo serios que son, estos barcos llevan de todo: desde misiles de largo alcance hasta sistemas para derribar aviones.
Obviamente, Maduro no se iba a quedar con los brazos cruzados. En un evento donde andaba condecorando a unos militares, soltó la bomba: ¡convocó a "todo el pueblo" a una jornada de alistamiento masivo! O sea, que milicias, reservistas y cualquier ciudadano que quiera, se unan a las actividades que harán este fin de semana en cuarteles y plazas. La frase que usó fue puro drama: “¡Basta de tus amenazas! ¡Venezuela te rechaza, Venezuela quiere paz!”. Para los que no están enterados, el plan es movilizar a más de 4.5 millones de milicianos, un grupo que creó el expresidente Hugo Chávez para apoyar a las fuerzas armadas.
Mientras tanto, del lado de Venezuela, el gobierno dice que todo esto es una agresión “imperialista” y que las acusaciones de narcotráfico son puro cuento. De hecho, para que se les bajara el nivel de paranoia, Maduro hasta prohibió temporalmente el uso de drones, ¡seguro que con el recuerdo del ataque de 2018 aún en la mente! Y como en toda buena historia, los amigos del barrio, como Cuba y Bolivia, ya salieron a decir que el despliegue militar de Estados Unidos es una amenaza para la paz en la región.
Así que, el ambiente está más tenso que nunca. La pregunta del millón es: ¿qué pasará ahora? ¿Esto se queda en una guerra de declaraciones y movimientos militares, o la situación escalará a otro nivel? El tiempo lo dirá, pero sin duda, el drama sigue servido.