Pana, lo que pasó este lunes 8 de julio en Pasaje, El Oro, es de esos cuentos que te dejan helado. El cabo Jimmy Espinoza, de 31 años, un policía que estaba en su día libre, salió de su casa en Pasaje para llevar a su hijita a la escuela, y de la nada, ¡pum! Unos sicarios llegaron y le metieron como 20 balazos. Sí, así de heavy: los testigos contaron que los tipos armados no tuvieron piedad y dejaron el lugar lleno de casquillos, 21 en total, entre balas de fusil y de pistola 9 milímetros.
La cosa no paró ahí. Más tarde, en el sector La Patera, en El Cambio, cantón Machala, la poli encontró una camioneta toda quemada que, según las investigaciones, fue la que usaron los criminales pa’l ataque. ¡La dejaron en cenizas pa’ borrar pistas! Pero eso no es todo, los maleantes dejaron un panfleto firmado, como si fueran rockstars del crimen, mencionando a un tal ‘Nando’, el líder de una banda llamada Sao Box, que ya está preso. En el mensaje, bien clarito, escribieron: “Todos los que le copien a ese Nando, boxeadores… van a quedar así, motorizados, PJ, todos se los tienen ubicados”. O sea, no solo se echaron al cabo, sino que mandaron un recadito amenazando a otros cinco policías que, al parecer, ya están en la mira de estos tipos.
El comandante de la Policía en El Oro, William Calle, contó que Jimmy Espinoza ya había tenido amenazas antes por su trabajo en la Unidad de Policía Comunitaria de Puerto Bolívar, tanto que lo habían mandado a Guayaquil pa’ protegerlo. Pero ni así se salvó. Este crimen es el octavo policía que matan en El Oro en tres años, lo que pinta clarito que la cosa entre los narcos y la poli está cada vez más brava en esa zona.
Otro policía, Víctor Iza, dijo que, aunque los maleantes quemaron el carro pa’ cubrir sus huellas, la investigación no para y están decididos a pillar a los responsables. El hallazgo de la camioneta quemada es una pista clave, pero el ambiente en El Oro está que arde, con el crimen organizado poniendo a todos en jaque. La gente anda con el corazón en la mano, y la poli, más alerta que nunca, porque este caso muestra que los narcos no se andan con juegos. ¡Qué situación, compa!