Una ola de violencia sacudió este jueves Socio Vivienda 2, en Guayaquil, donde al menos 12 personas fueron asesinadas en ataques armados simultáneos. Hombres con fusiles irrumpieron en varias casas, dejando un rastro de terror y muerte que fue grabado por los vecinos.
El noroeste de Guayaquil se convirtió en escenario de horror la tarde de este jueves, cuando sujetos armados con fusiles y pistolas atacaron múltiples viviendas en el sector Socio Vivienda 2, del distrito Nueva Prosperina. Los hechos ocurrieron alrededor de las 15h00, cuando los agresores, movilizados en varios vehículos, dispararon contra las víctimas dentro de sus hogares. Nueve personas murieron en tres casas ubicadas en una misma manzana, mientras que otras tres fueron asesinadas en un condominio cercano.

Videos grabados por moradores captaron la magnitud del ataque: al menos diez hombres armados corrían por las calles, aparentemente coordinando los asesinatos casa por casa. Los vecinos, alertados por las detonaciones, comenzaron a registrar el caos que se desató en este sector conocido por su alta incidencia delictiva. En lo que va de 2025, Nueva Prosperina suma más de 160 homicidios, consolidándose como una de las zonas más violentas de la ciudad.
La Policía Nacional acudió al lugar minutos después de los ataques, asegurando el área e iniciando investigaciones para identificar y capturar a los responsables. Hasta el momento, la institución no ha emitido un pronunciamiento oficial que detalle los móviles del crimen o el avance de los operativos. Este episodio se suma a la escalada de violencia en Ecuador, donde en los primeros 45 días de 2025 se registraron 1.091 homicidios intencionales, un 63% más que en el mismo periodo de 2024, según el Bloque de Seguridad. La creciente influencia de bandas criminales, principalmente vinculadas al narcotráfico, sigue siendo señalada como la causa principal.
Los asesinatos en Socio Vivienda 2 reflejan el descontrol de la violencia en Guayaquil y el país, que en 2023 se posicionó como el más violento de Latinoamérica. Mientras los habitantes de este sector exigen respuestas, la incertidumbre crece: ¿hasta cuándo seguirá esta ola de terror? La Policía trabaja contra el tiempo para frenar a los responsables.