La comunidad católica de Ambato se encuentra consternada tras el hallazgo del cuerpo del sacerdote Enrique Arcos, desaparecido desde el 30 de octubre. El cadáver fue encontrado en la parroquia Panzaleo, en Salcedo, Cotopaxi, y presenta signos de violencia, informó la Fiscalía este 4 de noviembre de 2024.
Enrique Arcos, quien dedicó 26 años al servicio pastoral y era muy querido en la comunidad de Tungurahua, fue hallado sin vida el 3 de noviembre en un sector rural de Panzaleo, a kilómetros de su última ubicación en Ambato. Según los primeros informes de la investigación, el cuerpo del sacerdote presentaba signos de violencia y estaba atado de manos, lo que ha despertado preocupación entre familiares, amigos y miembros de la iglesia que esperaban encontrarlo con vida.
La desaparición de Arcos comenzó a generar alerta el 30 de octubre, luego de que dejara de responder a las llamadas de sus seres queridos. Un día antes de su desaparición, se registró un robo en su residencia en Ambato, donde vivía junto a su madre. Hasta el momento, las autoridades continúan en la búsqueda de su vehículo, un KIA rojo con placas TBK-4069, que sigue desaparecido.
Arcos era una figura muy respetada en la comunidad de Ambato. Había servido como párroco en Izamba y recientemente había sido trasladado a Huachi Chico, en el sur de la ciudad. Con una discapacidad física, el sacerdote dedicó más de dos décadas al servicio religioso, dejando una huella significativa en los fieles de la región. La noticia de su trágica muerte ha conmovido a sus feligreses, quienes siguen pidiendo justicia y esclarecimiento de los hechos.
Las autoridades se encuentran investigando las circunstancias en torno a la desaparición y asesinato de Enrique Arcos, mientras la comunidad católica y sus seres queridos exigen respuestas y justicia. Se espera que en los próximos días se revelen más detalles sobre este caso que ha conmocionado a Tungurahua y Cotopaxi.