El escenario político ecuatoriano se vio sacudido el 9 de agosto de 2023 con el asesinato de Fernando Villavicencio, candidato presidencial, en un hecho que aún resuena en la memoria nacional. Desde entonces, la seguridad se ha convertido en una prioridad para los actores políticos, pero más allá de esa preocupación, poco parece haber cambiado en la arena política.
En el último consejo consultivo, el Consejo Nacional Electoral (CNE) expresó su inquietud sobre la seguridad de los candidatos que participarán en las elecciones legislativas y presidenciales de 2025. Las autoridades electorales, en conjunto con la Policía Nacional, estudian la posibilidad de dotar a los candidatos presidenciales de vehículos blindados, chalecos antibalas, cascos y escolta policial.
Seguridad, la Nueva Preocupación:
El sociólogo político Fernando Muñoz destaca que el asesinato de Villavicencio ha puesto en el centro del debate la vulnerabilidad de quienes ejercen la política en Ecuador. La muerte de la alcaldesa de San Vicente, Brigitte García, el pasado 24 de marzo, es otro ejemplo del riesgo que enfrentan las figuras públicas en el país.
Para Muñoz, el asesinato de Villavicencio no solo reveló la creciente violencia asociada al crimen organizado, sino que también subrayó la capacidad de estos grupos para influir en la política, convirtiéndose en un "sujeto político tangible".
Un Sistema Político Inmutable:
Sin embargo, el politólogo Santiago Basabe señala que, pese a la gravedad del magnicidio, el sistema político ecuatoriano no ha sufrido cambios significativos. La única novedad, según Basabe, ha sido la emergencia de Construye como una nueva fuerza legislativa, aunque con un origen desvinculado de Villavicencio. El movimiento pasó de tener 28 curules en la Asamblea a apenas 15, lo que plantea la posibilidad de que intenten recuperar terreno electoral utilizando el recuerdo del magnicidio.
Ambos analistas coinciden en que la violencia se ha convertido en un factor político clave, pero advierten que el electorado ecuatoriano tiende a tener una memoria corta. Por ello, es posible que el asesinato de Villavicencio no exacerbe las divisiones políticas entre correísmo y anticorreísmo en el largo plazo. En última instancia, la elección podría depender de quién logre conectar mejor con las necesidades inmediatas de la población.
Participación Política Pese a la Violencia:
A pesar de la violencia y la incertidumbre, Muñoz subraya que el asesinato de Villavicencio no ha desalentado la participación política. La cantidad de actores que buscan candidaturas y de partidos que se preparan para las elecciones de 2025 es una prueba de que, aunque el sistema partidista sea débil, la política en Ecuador sigue siendo un campo dinámico y competitivo.