Urresta, que ha sido una de las caras más fuertes del correísmo, dijo basta y anunció su salida con la frente en alto. ¿La razón? Unos chats que, según ella, muestran el lado más oscuro de la presidenta de RC, Luisa González. Al parecer, González se refirió a Jhajaira de una forma súper despectiva, llamándola “tuerta de mierda” en unas conversaciones privadas que llegaron a sus manos. ¡Sí, así de heavy! Urresta, quien perdió un ojo en las protestas de octubre de 2019 por una bomba lacrimógena, dijo que esto no es solo un insulto personal, sino un golpe bajo a la lucha de miles de ecuatorianxs que ella representa.
Pero eso no es todo. Jhajaira no se quedó callada y fue directa al grano: contactó a González para pedirle explicaciones, como la comunicadora empoderada que es. ¿Y qué recibió? Una respuesta que, según ella, dolió más que el propio insulto. González le habría dicho algo como “tengo que aclararte que sí, soy tuerta, no me tiene que aclarar, pero no sabía lo de mierda, y eso no lo voy a permitir”. ¡Auch! Urresta cerró el tema dejando claro que no se trata de renunciar a sus ideales revolucionarios, sino de alejarse de un espacio donde, según ella, no hay respeto ni sororidad.
“Esto no es solo una ofensa personal, es una muestra de desprecio a lo que mucho vale esta lucha para millones de ecuatorianos”, dijo Jhajaira, visiblemente afectada, en una rueda de prensa que dio en el Palacio Legislativo. Y no se quedó ahí: cuestionó si alguien que usa esas palabras puede llamarse compañera, camarada o, menos aún, líder. La asambleísta aseguró que seguirá trabajando desde su curul como independiente, defendiendo los derechos de los más vulnerables y manteniendo su compromiso con la lucha social. ¡Punto para la dignidad!
Este escándalo llega en un momento súper complicado para la Revolución Ciudadana, que ya está lidiando con otras crisis internas, como la expulsión del asambleísta Santiago Díaz por una denuncia de violación y la salida de otros legisladores. Con la renuncia de Urresta, la bancada de RC se queda con 62 asambleístas, cuando arrancaron con 67. ¿Será que el correísmo está tambaleando? Y, sobre todo, ¿qué va a pasar con Luisa González, cuya liderazgo está siendo cuestionado? Esto está más intenso que una novela.
Jhajaira dejó claro que no se callará y que seguirá luchando por lo que cree, pero ahora desde su trinchera como independiente. “Le quiero recordar a Luisa González que llegué al partido por mi lucha social, no por favores ni por venderme”, dijo con toda la fuerza. ¿Y ahora qué sigue? Esto pinta para ser el inicio de un nuevo capítulo en la política ecuatoriana, y nosotrxs no nos vamos a perder ni un detalle. ¿Tú qué opinas de este plot twist?
