El cardenal Robert Prevost fue presentado como el Papa León XIV ante más de 40.000 fieles reunidos en la Plaza de San Pedro y millones de espectadores alrededor del mundo. Su mensaje de paz, su saludo en español y su vestimenta simbólica marcaron un tono de continuidad con Francisco, pero también un retorno a ciertos elementos tradicionales de la liturgia papal.
Durante su primera aparición pública desde el balcón principal de la Basílica de San Pedro, el 8 de mayo de 2025, León XIV se dirigió brevemente en español al pueblo de Chiclayo, Perú, recordando su paso misionero por ese país andino. “Un lugar que me formó y al que le debo mucho”, afirmó emocionado.
Su vestimenta, aunque sobria, incluyó símbolos significativos: la muceta (una capa roja corta), representativa de autoridad y compasión; la estola roja y dorada, símbolo del pastor que guía a sus ovejas; y también reincorporó la cruz pectoral y el roquete, una camisa blanca de lino usada tradicionalmente por los pontífices. No obstante, al igual que el Papa Francisco, evitó usar los famosos zapatos rojos de seda, optando por unos negros más sencillos.
León XIV nació en Estados Unidos en 1955 y se nacionalizó peruano en 2015. Fue ordenado sacerdote agustino y pasó más de dos décadas trabajando como misionero en Perú, donde se enamoró de su cultura y gastronomía. Amante del ceviche, el cabrito y el arroz con pato, según relató Edison Farfán, obispo de Chiclayo, quien destacó su cercanía con el pueblo y su gusto por lo autóctono.
Además de su vocación pastoral, León XIV es conocido por ser un apasionado del deporte, especialmente del tenis. También destaca por su presencia activa en redes sociales, donde ha emitido opiniones sobre temas tan variados como el racismo, los abusos clericales, la pandemia de covid-19 y la invasión rusa de Ucrania. Ha sido crítico del expresidente Donald Trump y del vicepresidente estadounidense JD Vance, a quien calificó de promotor de políticas excluyentes hacia los migrantes.
Tras conocerse su elección, Trump felicitó públicamente al nuevo Papa, aunque algunos sectores de la ultraderecha lo tacharon rápidamente de “marxista” y “woke” debido a sus posturas sociales y humanitarias.
Con un estilo humilde pero comprometido, León XIV asume la responsabilidad de liderar una Iglesia global en tiempos complejos. Su pasado misionero en América Latina, su carisma multilingüe y su visión social podrían convertirlo en un puente entre continentes, ideologías y generaciones dentro del catolicismo contemporáneo.
