En un giro inesperado dentro de su política migratoria, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reveló este 10 de abril de 2025 el inicio de una "gran operación de autodeportación" dirigida a migrantes en situación irregular que trabajan en la agricultura y la hostelería. Durante una reunión de su gabinete en la Casa Blanca, Trump aseguró que estos trabajadores podrían salir del país voluntariamente y regresar como "trabajadores legales", respondiendo a preocupaciones sobre una posible escasez de mano de obra en sectores clave.
“Vamos a trabajar con la gente para que, si salen de buena manera y regresan a su país, trabajemos con ellos desde el principio para intentar que regresen legalmente”, afirmó Trump, destacando la necesidad de proteger industrias como la agrícola y hotelera. “Tenemos que cuidar de nuestros agricultores, hoteles y diversos lugares donde necesitan a gente”, añadió, sin ofrecer detalles concretos sobre el proceso. La propuesta surge tras una carta enviada a finales de marzo por empresarios y congresistas de ambos partidos, que pidieron permisos de trabajo para migrantes sin antecedentes penales, argumentando que su aporte es vital para mantener a Estados Unidos como la primera economía mundial.

Trump señaló que los agricultores podrían avalar a ciertos trabajadores, describiéndolos como “geniales” y “trabajadores duros”, para quienes se “ralentizaría” el proceso de deportación. “Saldrán y regresarán como trabajadores legales”, resumió, sugiriendo una vía temporal que permitiría su retorno bajo un marco legal. Sin embargo, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, mantuvo un tono firme al mencionar que “20 o 21 millones de personas tienen que volver a casa”, aunque estimaciones oficiales cifran en unos 11 millones los migrantes indocumentados en el país, muchos de ellos latinoamericanos.
De los 2,4 millones de trabajadores agrícolas en Estados Unidos, el 44% son migrantes sin autorización, según el Departamento de Trabajo, lo que subraya su peso en la economía. Pese a esta apertura, el gobierno de Trump reafirma su compromiso con expulsiones masivas, lo que genera incertidumbre sobre cómo se equilibrarán estas medidas. La propuesta, que busca calmar a sectores económicos mientras mantiene una postura dura, deja más preguntas que respuestas en vísperas de un balotaje en Ecuador que también mira con atención el tema migratorio.