Con el 97% de las actas válidas escrutadas en la segunda vuelta presidencial del 13 de abril, Daniel Noboa se consolida como presidente reelecto de Ecuador con un 55,63% de los votos, mientras Luisa González, de Revolución Ciudadana (RC), alcanza un 44,34%, el peor resultado electoral del correísmo desde que Rafael Correa dejó el poder en 2017. La derrota de González, que no reconoció los resultados y pidió un reconteo, refleja una caída significativa frente a las votaciones de Lenín Moreno (2017), Andrés Arauz (2021) y la propia González en 2023, marcando un declive en la influencia del movimiento.
En 2017, Moreno, entonces respaldado por Correa, ganó la Presidencia con un 51,16% frente al 48,84% de Guillermo Lasso, la última victoria correísta en unas presidenciales. Cuatro años después, Arauz intentó recuperar el poder, pero cayó ante Lasso con un 47,64% contra un 52,36%. En las anticipadas de 2023, González, acompañada por Arauz como candidato a vicepresidente, obtuvo un 48,17%, insuficiente frente al 51,83% de Noboa. Ahora, en 2025, su 44,34% no solo es 3,83 puntos menor que en 2023, sino también 6,82 puntos por debajo de Moreno y 3,3 puntos menos que Arauz, evidenciando un retroceso electoral sin precedentes para RC.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) reporta que González solo se impuso en cuatro provincias —Manabí, Santa Elena, Los Ríos y Sucumbíos—, mientras Noboa arrasó en el resto, incluyendo Quito, Guayaquil y Riobamba. La candidata, desde la sede de RC en Quito, denunció un “fraude grotesco”, cuestionando la brecha de más de 11 puntos y acusando al gobierno de manipular instituciones. Sin embargo, figuras del propio correísmo, como los alcaldes y prefectos de RC, han reconocido el triunfo de Noboa, profundizando las fisuras internas.
La presidenta del CNE, Diana Atamaint, reiteró que cualquier reclamo, como el anunciado por González, debe presentarse con pruebas dentro de las 24 horas posteriores a la proclamación oficial, siguiendo el Código de la Democracia. Un eventual reconteo revisaría actas con inconsistencias numéricas o falta de firmas, pero observadores internacionales de la OEA y la UE han respaldado la transparencia del proceso, complicando las aspiraciones de RC. Mientras Noboa, desde Olón, prepara su segundo mandato, el correísmo enfrenta un momento de introspección tras una derrota que lo aleja aún más de Carondelet.
En Riobamba, donde el voto favoreció ampliamente al oficialismo, la ciudadanía observa con cautela. La victoria de Noboa refuerza su proyecto de seguridad y economía, pero el desafío de gobernar un país polarizado, con un correísmo en resistencia, marcará los próximos cuatro años. Para González, esta segunda caída ante Noboa no solo cierra un ciclo electoral, sino que plantea preguntas sobre el futuro de un movimiento que, por ahora, no logra reconquistar el poder.