En medio de la polémica que rodea la posible remoción de siete concejales del cabildo de Riobamba, el edil Wandenberg Villamarín decidió tomar distancia y centrar sus esfuerzos en proyectos prioritarios para la ciudad. En declaraciones recientes, Villamarín reiteró su respeto al proceso judicial liderado por el Tribunal Contencioso Electoral (TCE), pero dejó claro que las tensiones políticas no detendrán su compromiso con el desarrollo de la urbe.
El caso de revocatoria, que involucra a los concejales Carlos Aulla, Maritza Díaz, Galo Falconí, Micaela Lema, Nancy Santillán, Celso Rodríguez y Rafael Quitio, ha generado incertidumbre en la administración municipal. Sin embargo, Villamarín aseguró que desconoce detalles sobre el estado actual del proceso o si existe un fallo inminente: “No estoy dentro de esa remoción, ni he movido ni hablado nada al respecto. Eso lo debe resolver el TCE conforme a derecho y ley”.
El concejal admitió que las disputas internas han desgastado la imagen del cabildo frente a la ciudadanía, pero destacó la importancia de mantener un enfoque positivo: “Espero que todo continúe igual y podamos trabajar en bien de Riobamba. El desgaste político nos afecta a todos, pero estamos listos para mostrar otra faceta de trabajo conjunto”.
Lejos de las controversias, Villamarín destacó avances significativos en su gestión. Entre ellos mencionó una reforma integral al Servicio de Estacionamiento Rotativo Tarifado (SEROT), cuyo objetivo es modernizar su operatividad y adaptarlo a las necesidades actuales de movilidad urbana. También resaltó ordenanzas clave, como el modelo de gestión de canchas deportivas y la creación de incentivos para deportistas, así como el progreso del centro vehicular municipal, que ya está al 90% de su capacidad con 120 de los 150 vehículos proyectados adquiridos.

Además, Villamarín subrayó el impulso a iniciativas culturales y turísticas, como el lanzamiento de las fiestas “Raymichay”, programadas para este viernes a las 18:00. Este evento, organizado en alianza con la empresa privada, combinará actividades deportivas, música en vivo y conciertos, buscando revitalizar el tejido social y posicionar a Riobamba como un destino dinámico en el centro del país.
Con casi dos años de gestión cumplidos, Villamarín reconoció el descontento ciudadano hacia el Concejo, pero insistió en que hay una oportunidad para cambiar la narrativa mediante el trabajo articulado entre el sector público y privado. Según él, la clave está en dejar atrás las disputas internas y concentrarse en proyectos que beneficien a la comunidad, especialmente en momentos donde las elecciones generales de 2025 están a la vuelta de la esquina.
Mientras el TCE define el futuro de los siete concejales bajo investigación, Villamarín apuesta por construir puentes y consolidar una nueva etapa de colaboración en beneficio de Riobamba.