Durante marzo de 2025, el riesgo país de Ecuador ha superado en dos ocasiones la barrera de los 1.500 puntos, alcanzando su punto más alto el 10 de marzo con 1.561 unidades. Este indicador, elaborado por el banco de inversión JP Morgan, refleja la percepción de los mercados internacionales sobre la capacidad del país para cumplir con sus obligaciones financieras.
El aumento de este índice se ha dado en un contexto de incertidumbre, marcado por la fallida delegación del campo Sacha, en la provincia de Orellana, y el derrame de crudo en Esmeraldas. Estos hechos han generado dudas entre inversionistas y afectado la confianza en la estabilidad económica del país.
Impacto de la concesión fallida de Sacha
El 11 de marzo venció el plazo otorgado por el presidente Daniel Noboa al consorcio chino-canadiense Sinopetrol para el pago de un adelanto de USD 1.500 millones, requisito para concretar la concesión del campo petrolero Sacha. La falta de este abono llevó a la cancelación del contrato, generando un impacto directo en el riesgo país.
Especialistas en finanzas señalaron que la exigencia de un pago anticipado pudo haber complicado las negociaciones y generado inquietud en los mercados. Inicialmente, la adjudicación de Sacha fue vista como una oportunidad para fortalecer la liquidez del Estado, pero el proceso terminó generando incertidumbre en un contexto electoral, con la segunda vuelta presidencial en el horizonte entre Noboa y la candidata Luisa González.
Derrame de crudo y nueva escalada del riesgo país
Luego de la caída de la concesión de Sacha, el riesgo país registró una ligera baja hasta los 1.437 puntos el 18 de marzo. Sin embargo, en los días siguientes volvió a superar los 1.500 puntos, impulsado por la emergencia ambiental en Esmeraldas.
El derrame de crudo en Quinindé, causado por un deslizamiento de tierra que afectó el Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), llevó a la estatal Petroecuador a declarar fuerza mayor en sus operaciones el 18 de marzo. Como resultado, se reprogramaron exportaciones petroleras y se registró una pérdida diaria de aproximadamente 70.000 barriles de crudo.
Aunque el bombeo de petróleo a través del SOTE se reanudó el 19 de marzo, el impacto en la producción y el ambiente económico sigue generando incertidumbre. Las exportaciones desde el Terminal Marítimo de Balao continúan afectadas, mientras que los envíos desde el Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) se mantienen sin alteraciones.
Con estos eventos recientes, los mercados siguen atentos a las decisiones del Gobierno y a los efectos que estas puedan tener en la estabilidad económica del país.
