Un nuevo proyecto municipal ha encendido los ánimos en Riobamba. La construcción de un parterre en la Avenida Cordovés, que atraviesa el corazón del Mercado Oriental, ha generado un enfrentamiento entre comerciantes, moradores y las autoridades locales. Mientras el alcalde John Vinueza defiende la obra como una medida para mejorar la seguridad vial, los afectados la rechazan tajantemente, argumentando que complicará el estacionamiento y la logística de sus negocios.
El malestar se hizo evidente en un recorrido por la zona, donde comerciantes expresaron su frustración. “Aquí llegan camiones grandes a descargar mercadería, y ese parterre nos deja sin espacio. Llevamos años pidiendo mejoras reales, no esto”, señaló uno de los vendedores, acompañado por los concejales Galo Falconí y Rafael Quitio. Los habitantes del sector exigen que el Municipio priorice necesidades urgentes, como la instalación de baterías sanitarias o el control del comercio informal, y han dado un ultimátum: si no hay diálogo en 15 días, saldrán a las calles en protesta.

Los concejales, por su parte, han alzado la voz contra la falta de planificación. Falconí, respaldado por la organización Transparencia Riobamba, cuestionó la ausencia de estudios técnicos que sustenten la obra. “Es una zona comercial que vive de la movilidad. No se consultó a los moradores ni se explica cómo un parterre beneficia a quienes dependen de vehículos pesados”, afirmó. Quitio, en tanto, demandó claridad: “Si no hay un impacto positivo demostrado, que el dinero se use en lo que la gente necesita, no en ideas improvisadas”. Ambos ediles llevarán el tema al Concejo Municipal este 27 de marzo, en una sesión que promete ser decisiva.
Desde la otra vereda, el alcalde Vinueza salió al paso de las críticas con firmeza. Según él, la Avenida Cordovés, por su amplitud, representa un peligro para los peatones, especialmente para niños y adultos mayores que cruzan diariamente hacia el mercado. “El parterre ordena el tránsito y reduce riesgos. Es una obra pensada para la gente”, aseguró. Detalló que el proyecto abarcará desde la calle Loja hasta la 5 de Junio en su primera etapa, extendiéndose luego hasta El Espejo, e incluirá ajustes como paradas de taxis y accesos al Mercado del Prado. Además, acusó a los concejales de politizar el asunto con miras a futuras elecciones: “Critican todo, pero no proponen nada. Esto es por el bien común, no por caprichos”.
El burgomaestre también destacó que la obra fue socializada con vecinos y que está abierta a modificaciones, citando el Parque La Libertad como prueba de que el diálogo municipal funciona. “Que algunos no participen no invalida el proceso. Cuando el parterre esté listo, los beneficios hablarán por sí solos”, sentenció.
La tensión en el Mercado Oriental pone en evidencia un choque de visiones: por un lado, comerciantes y concejales piden soluciones prácticas y mayor transparencia; por otro, el Municipio insiste en una obra que, asegura, traerá orden y seguridad. Con una marcha en el horizonte y una sesión clave a la vuelta de la esquina, Riobamba espera respuestas que calmen las aguas o, de lo contrario, el conflicto podría tomar las calles.