La nueva adaptación live-action de Blanca Nieves llegó a los cines de Ecuador con una propuesta visualmente atractiva, pero con una historia que no termina de convencer ni a los seguidores del clásico animado ni a quienes esperaban una reinvención profunda del cuento.
El director Marc Webb mantiene algunos de los elementos icónicos del filme original de 1937, como las canciones y la interacción con los animales, pero introduce cambios que han generado debate. Entre ellos, la transformación del príncipe en un forajido y la reinterpretación del papel de los enanos, ahora más independientes.

Si bien la película es dinámica y su protagonista, Rachel Zegler, cumple con su papel, la Reina Malvada interpretada por Gal Gadot carece de profundidad, quedando atrapada en el cliché. Además, el filme deja sin responder preguntas clave: ¿por qué hacer una nueva versión de Blanca Nieves?, ¿qué aporta de novedoso?
En su intento de equilibrar lo clásico con lo moderno, esta adaptación parece quedarse en un punto intermedio que no logra satisfacer completamente a ningún público.