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¿Se agotan los votos? Noboa y González buscan convencer a los indecisos en la recta final

La polarización política es un fenómeno global. En Estados Unidos, gira en torno a la figura de Donald Trump; en Argentina, a Javier Milei; mientras que en Europa se centra en temas como el Brexit o la inmigración. En Ecuador, la división política se ha mantenido alrededor de Rafael Correa durante casi dos décadas, marcando de manera contundente las últimas elecciones presidenciales, pese a que el exmandatario no es candidato, pero sí líder de su movimiento político.


En los procesos electorales de 2017, 2021 y 2023, se observó una tendencia en la que al menos cuatro candidatos concentraron más del 80 % de los votos en la primera vuelta: el representante del correísmo, su principal opositor y otras opciones que intentaban presentarse como una tercera vía. Sin embargo, en la segunda vuelta, la polarización se agudizaba al concentrar votos en los dos candidatos finalistas, como sucedió con Guillermo Lasso en 2021 y Daniel Noboa en 2023, quienes capitalizaron el voto anticorreísta.
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Para 2025, este patrón cambió. La polarización se manifestó desde la primera vuelta, con Luisa González y Daniel Noboa acaparando el 90 % de la votación, algo inédito en la historia política reciente del país. Según analistas, esta situación responde a varios factores:

  • El corto tiempo transcurrido desde la elección de 2023 impidió que otros movimientos políticos consolidaran candidaturas competitivas.
  • La crisis de violencia y la crisis energética fueron utilizadas en el discurso político para reforzar posturas a favor y en contra del correísmo.
  • Un electorado fatigado por constantes elecciones pudo haber optado por resolver el proceso en una sola vuelta.
  • La salida de la contienda de Jan Topic, quien contaba con un respaldo del 10 % según encuestas y tenía la capacidad financiera para una campaña fuerte.

La estrategia en la segunda vuelta

Ahora que los bloques del correísmo y el anticorreísmo han captado a la mayoría de sus votantes potenciales, el desafío está en convencer a quienes no se alinean con ninguno de los dos. Según Paolo Moncagatta, PhD en Ciencias Políticas y Sociales y catedrático de la USFQ, los votantes indecisos representan un segmento clave. Su estudio con la encuestadora Comunicaliza indica que un 30 % de la población tiene sentimientos positivos hacia Correa, otro 30 % sentimientos negativos y un 13 % se declara neutral.

Además, el rechazo al correísmo es más marcado en personas mayores de 50 años (51 %), mientras que en jóvenes de 18 a 30 años solo el 19 % expresa una postura negativa. Esto sugiere que los votos en disputa están principalmente en los jóvenes y en sectores que respaldaron a Leonidas Iza, quien obtuvo el 5 % de la votación.

Para Noboa, el reto será captar el voto de Pachakutik, cuyos electores se identifican con una base social que ha sido marginada. Francisco Sánchez, director del Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca, considera que Noboa deberá ir más allá de su actual posición y ofrecer un mensaje que conecte con estos sectores.

Por su parte, Luisa González enfrenta el desafío de disipar temores sobre la influencia de Rafael Correa en su gobierno y garantizar estabilidad económica, particularmente sobre la dolarización. A pesar de que ha marcado distancia con el expresidente, debe reforzar su discurso para atraer a votantes indecisos.

Las dificultades de Noboa y el voto nulo que podría perjudicar a González

El análisis del socólogo Javier Rodríguez, PhD en Sociología por la Universidad de Wisconsin, muestra que Noboa ha perdido apoyo en zonas clave en comparación con la segunda vuelta de 2023. En Ambato pasó del 75 % al 62 %, en Loja del 77 % al 65 %, en Quito del 62 % al 50 % y en Guayaquil del 54 % al 47 %.

Por otro lado, González ha mantenido su respaldo con variaciones mínimas en estas ciudades. Sin embargo, el voto nulo podría afectar su resultado, como ocurrió en 2021 cuando Yaku Pérez promovió el voto nulo y este alcanzó el 16 %, beneficiando a Guillermo Lasso. Leonidas Iza, quien podría influir en este segmento de votantes, ya ha declarado que "no es momento para el voto nulo".

Los riesgos de la polarización en la democracia

Mientras los candidatos buscan afianzar sus estrategias, los analistas advierten que el tono de la campaña podría afectar sus aspiraciones. Las declaraciones de Noboa sugiriendo que los "narcos votan por el correísmo" podrían generarle un efecto negativo, recordando episodios como el de 1996 cuando León Febres Cordero calificó a los votantes de Abdalá Bucaram como "lumpen, prostitutas, marihuaneros y ladrones", lo que terminó favoreciendo a Bucaram en la segunda vuelta.

De igual manera, el correísmo insiste en propuestas como una nueva Ley de Comunicación, promovida por el asambleísta electo Xavier Lasso y respaldada por Rafael Correa, quien en una reunión privada mencionó que "la destrucción del país no hubiera sido posible sin la prensa". Esto podría encender alertas en sectores que defienden la libertad de expresión.

Con la campaña de segunda vuelta iniciando en marzo, está por verse si Noboa y González optarán por discursos conciliadores o reforzarán la polarización. La decisión final la tomará el electorado el próximo 13 de abril.

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