Ecuador enfrenta una crisis penitenciaria sin precedentes: el Servicio Nacional de Atención Integral (SNAI) está bajo la lupa debido a la corrupción, amotinamientos y una gestión ineficiente que ha resultado en más de 600 asesinatos en cárceles desde 2021. Expertos cuestionan su funcionamiento y plantean su posible eliminación.
Cuerpo de la noticia:
El SNAI, creado en 2018 para gestionar el sistema penitenciario ecuatoriano, ha sido señalado como incapaz de contener el poder del crimen organizado en las cárceles. Según un informe policial, los centros penitenciarios son hoy "sedes del crimen organizado", donde se planifican y dirigen actividades delictivas con impunidad.
Desde 2021, las cárceles han registrado 83 amotinamientos, dejando un saldo trágico de 669 presos asesinados. Además, casos de corrupción dentro del SNAI han salido a la luz, como el del exdirector Pablo Ramírez, sentenciado por delincuencia organizada.
Pese a las medidas del gobierno de Daniel Noboa, como la militarización de cárceles y el traslado de líderes de bandas a centros de máxima seguridad, los resultados han sido limitados. Este año, 60 reclusos han muerto violentamente, y las requisas continúan revelando armas, droga y dinero.
Lorena Piedra, experta en seguridad, advierte que la militarización prolongada puede contaminar al personal militar. Mientras tanto, desde la prisión La Roca, líderes criminales como alias "Negro Tulio" continúan operando.
Conclusión:
¿Debe desaparecer el SNAI? Expertos como Alexandra Zumárraga, exdirectora de rehabilitación social, opinan que no, pero exigen una reestructuración profunda para acabar con la corrupción y la ineficiencia. Sin personal capacitado y procesos claros, el sistema penitenciario seguirá siendo un eslabón débil en la lucha contra el crimen organizado.