En una sesión virtual celebrada el 9 de febrero de 2024, la Asamblea Nacional de Ecuador vivió un episodio crucial en relación con las decisiones fiscales que afectarán el panorama económico del país. En medio de la crisis fiscal, marcada por un alto déficit y una cuantiosa cuenta de atrasos, la Asamblea rechazó la propuesta de subir el Impuesto al Valor Agregado (IVA) el pasado 6 de febrero.
Sin embargo, la situación dio un giro inesperado al aprobar tres impuestos adicionales no contemplados en el proyecto original enviado por el presidente Daniel Noboa.
Estos nuevos gravámenes incluyen un impuesto temporal sobre las utilidades de bancos y cooperativas, un impuesto temporal sobre las utilidades de empresas, y el aumento del Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) del 3,5% al 5%. A pesar de la resistencia inicial, el veto parcial emitido por Noboa, que incluía el aumento del IVA, se ha vuelto efectivo de manera tácita, abriendo la puerta a un aumento discrecional del IVA entre el 13% y el 15% mediante decreto ejecutivo.
En términos prácticos, esto concreta el aumento del IVA, así como todas las decisiones adoptadas por la Asamblea el 6 de febrero. Se estima que el presidente Noboa podría obtener alrededor de $1.400 millones en ingresos adicionales en 2024, considerando un aumento inmediato del IVA al 15%, desglosado en aproximadamente $1.000 millones por concepto de IVA y $424 millones por los impuestos temporales y la subida del ISD.
Este monto representa alrededor del 28% del déficit fiscal estructural del Ecuador, que asciende a aproximadamente $5.000 millones anuales. A pesar de los ingresos extraordinarios previstos por las leyes económicas urgentes de Noboa, que incluyen $800 millones de remisión tributaria, $900 millones de autorretenciones de grandes contribuyentes y $100 millones de otras fuentes, aún persiste un déficit significativo.
Es fundamental destacar que el presidente tiene la facultad de modificar el IVA entre el 13% y el 15% según su criterio, planteando interrogantes sobre la capacidad de la economía ecuatoriana para absorber estos cambios.
En cuanto al impacto en la inflación, a pesar de las preocupaciones, se puede observar que la experiencia pasada de un aumento del IVA bajo el expresidente Rafael Correa no resultó en una explosión inflacionaria inmediata. Aunque se produjo un ajuste inicial al alza, la inflación se estabilizó y, en algunos casos, disminuyó en el período subsiguiente.
El economista Andrés Moreno subraya que, en el pasado, la inflación fue más influenciada por el gasto público gubernamental que por el aumento del IVA. Estas consideraciones plantean la necesidad de medidas urgentes, como la focalización de subsidios a los combustibles y la optimización del tamaño del Estado, para equilibrar las finanzas públicas en el futuro próximo.
Fuente ecuadorenvivo.com
